Una carta de intención es similar a una hoja de términos. Las hojas de términos son generalmente más concisas o concisas, mientras que una carta de intención se ve y se lee más como una carta. Logran el mismo objetivo al dar cuerpo a los detalles más importantes de una transacción. Tienen un propósito similar: las partes firmarán una hoja de términos o una carta de intención, pero no ambas. A menudo, el tipo de industria o clase de activo que una parte está comprando determinará qué documento se utiliza normalmente. Es una cuestión de convención, no de ningún propósito legal.

¿Quién crea una carta de intención?

Al igual que la hoja de términos, la carta de intención normalmente la crea el comprador.

¿Es vinculante la carta de intención?

Normalmente está redactado de manera que no sea vinculante. Si está redactado de forma deficiente o descuidada, puede volverse vinculante sin querer. Algunas partes, sin embargo, suelen ser vinculantes. Como resultado, una carta de intención normalmente no es vinculante, excepto en determinadas secciones. Esas secciones a menudo tratan de la exclusividad, es decir, el vendedor no puede buscar ofertas mientras negocia con el comprador. Normalmente existe la obligación de negociar de buena fe durante un cierto período de tiempo para ver si se puede redactar y firmar un acuerdo de compra. Finalmente, existen disposiciones de confidencialidad para prohibir que las personas compartan los términos que se están discutiendo.

¿Cuál es el beneficio de una carta de intención?

Los beneficios de una carta de intención son similares a los beneficios de un contrato. El primer beneficio es detallar los términos propuestos. Es un concepto simple, pero a menudo pasado por alto, que incluso dos personas honestas e inteligentes que tienen las mejores intenciones pueden malinterpretar las intenciones del otro. Entonces, uno de los propósitos y beneficios de una carta de intención es poner sobre la mesa, en un lenguaje claro, los términos propuestos para que todos estén literalmente en la misma página.

El segundo beneficio de la carta de intención es, nuevamente, el mismo beneficio que proporciona un contrato: puede obligar a las partes completamente a los términos del acuerdo o puede obligar a las partes con respecto a algunas disposiciones importantes, como la prohibición de compra. o disposiciones de exclusividad, disposiciones de confidencialidad y obligación de negociar de buena fe.

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